¿Sabías que tus emociones pueden influir directamente en la salud de tu piel? El cuerpo y la mente están profundamente conectados, y lo que sientes se refleja en tu rostro. Ansiedad, tristeza o estrés prolongado pueden causar brotes, enrojecimiento, sequedad y envejecimiento prematuro.
Cuando estás estresado, tu cuerpo libera cortisol, una hormona que aumenta la producción de grasa en la piel y puede causar granitos o espinillas. Además, reduce la capacidad de la piel para sanar.
Los estados de ánimo bajos afectan la circulación sanguínea. Esto puede hacer que tu piel luzca pálida, cansada y sin brillo natural.
Emociones intensas como la ira provocan vasodilatación (ensanchamiento de los vasos sanguíneos), lo que puede causar enrojecimiento facial o brotes de rosácea.
Consejo Glow: No solo cuides tu piel con cremas. Ámate, escúchate y regula tus emociones. Cuando tu interior se armoniza, tu piel brilla de forma natural.